martes, 11 de mayo de 2010

La aventura de ser maestro

Con muchas frecuencia en las pláticas con docentes escuchamos comentarios acordes con lo que se nos plantea en “El malestar docente”: Insuficiencia de recursos materiales, poco tiempo para abordar programas tan largos, alumnos poco preparados, apatía por parte de los alumnos, alumnos con problemáticas familiares y podríamos continuar con esta larga lista, pero considero que también sería muy conveniente pensar en “El malestar del alumno” y aquí podríamos encontrar alguno de los siguientes comentarios: clases aburridas y tediosas, maestros malhumorados y cansados, contenidos programáticos sin impacto en mi vida, salones de clase muy calientes o muy fríos, laboratorios mal equipados, etc. (por citar algunos ejemplos).
Entonces, que bueno que continuamos buscando diferentes formas de intervención en el aula que nos permitan ser y hacernos sentir que somos maestros por vocación, en esta profesión difícilmente contribuiremos a la formación de los alumnos si no nos sentimos docentes desde lo más interno de nuestra personalidad.
Saludos
Ma. Guadalupe Medina Meave

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